jueves, 13 de julio de 2017

El fuego del reo (experimental)



Agarró las malas rasurando esperanzas para ganar movimiento, dar tranco vida de muerto rendido con el único propósito de alcanzar el rango de malherido, herido, afectado, y finalmente, recuerdo. Sin importar demasiado lo estrecho de su alcoba enrejada, tronera barrotes, retrete vista e infinidad de calendarios caducos con despampanantes veinteavas en papel amarillento, aunque jubiladas en el presente de su infierno soledad, tormento, o el fuego del reo…
No permitirán que nos alcemos. Ríndete, ríndete de una puta vez.Repetía una parte de sí mismo.Estos cabrones quieren desintegrarnos hasta convertirnos en mueble...
No somos ellos, somos nosotros.
Nenaza, paseas tres pasos de ida y vuelta, enjaulado. Somos animal, su obediente mascota que acata sin rechistar. Tienes que rendirte, deja que reconduzca la situación...Será rápido y dolerá poco, no mucho más que este puto cautiverio...
Apelaremos, todo saldrá bien, la verdad...
¡¿Verdad?! Ellos viven custodiando a malditos, no les importa la verdad, todos son culpables entre estos muros (…) Muerde la lengua con todas tus fuerzas, te llevarán a la enfermería (…) yo me encargo del resto...
...Soy silencio que clama al ciego que me ve, despojo invisible que calca presencia con respirar cual viento. Desespero asesinado, muerto; futuro olvido, pasado inocencia y presente averno. Muerdo rabias quedando mudo para escupir la sin hueso, y mostrarles ese otro tártaro que me concederá la libertad, vivo o...”
Conducido por los cuadriculados pasillos salvando puertas condena, fue trasladado a la casilla de salida o desespero, enfermería, donde dejó mandar al homicida que nació entre rejas, allá en sus adentros, tras musitar perdón sordo con extraño tono violento.
Estocada y prisas. Saltaremos al patio para colarnos en el pequeño abasto. Con suerte saldremos con vida.
...Te pido perdón y arrebato tu esencia, convertido ahora en lo que nunca fui, salto al patio, alcanzo la puerta...Suena libertad con esplendoroso rugido, tenue quemazón tras bárbaro pinchazo...Por fin soy libre, mamá.”
Te dije que saldríamos de aquí, nenaza. Allá donde vamos jamás nos alcanzarán.
Mamá, te quiero...

PD. Muy experimental, lo reconozco. Tal vez hubiera sido mejor utilizar los cauces narrativos más ortodoxos. Pero adentrarse en el desvarío extremo de reo inocente convertido en loco peligroso, me brindó la oportunidad de experimentar.
En cuanto al argumento: lo injusto también anida en el corazón de la justicia, que de atraparte, somete al protocolo sin entrar en más valoraciones. Para cualquier culpable es el mejor trato, sin duda, al cumplir una única condena. Para el inocente, tragedia, pues cumple tres condenas a la vez...La impuesta por el juez, la padecida cada segundo en su mente inocencia y la que lo convierte en otra persona, cosa o animal...la locura.

Me despido no sin antes desearte de lo bueno lo mejor, con un hasta entonces...hasta ahora.

© Dadelhos Pérez

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