martes, 25 de abril de 2017

Solsticio de penas



Abro el libro que me representa sin tapas u hojas al yacer letra en mi porte invierno. Y leo cada grieta que me observa desde el reflejo tardío, para darme cuenta que lo vivido es tiempo perdido en el actual mandato del ocaso.
Así diluyen las alegrías que fueron en penas por culpa del solsticio contra natura, para retomar aventura mortecina cual estandarte vida del que fuera, con esperanza depositada en hado esquivo cuando el hijo de mi sobrino albeara visita, me viera...
Mi mujer fue motivo en gracia, hijo...
¿Me das la paga? Descarado, inmundo mocoso.Es que...he quedado...
Abro el libro y vivo finales desde el recuerdo recordado, desde el presente que me olvida al pasado que me mantiene lúcido en mi encierro forzoso, en sus recuerdos...Y diera billetes tras mostrar gratitud por su visita nada inocente...
Pronto terminaré...así que vete.

P.D. Hay soledades voluntarias (nada que decir) y esas otras impuestas por humanos que dicen serlo excusándose en que allá, el habitáculo solsticio de penas en el geriátrico, el viejo está mejor.
¿Acaso estarías de lujo apartado de los tuyos? Cuestión retórica, ¿verdad?

Me despido no sin antes desearte de lo bueno lo mejor con un hasta entonces, hasta ahora.

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©Dadelhos Pérez