Apostara existencia cuando
vio tan hermosa dama escoltada por la condena burguesa que la sustentara,
cruzando el corredor de los elegidos hasta la noble sala presidida por la imagen
pía del crucificado, el obispo armado con las santas escrituras y el obeso
terrateniente que en parcas la comprara.
Parado en su talento
rechazado por la gran mayoría, rompió filas desde el respetable para plantarse a
la vera de la guardia y soltar sin tapujos sus verdades...
—Ni la bendita repetida en los salmos, mi honrado marqués. Ni el caudal
usurpado al pueblo, ni vuestra fantasía de auparos al divino tuteando al
mismísimo Dios...
Hierro sonara de inmediato
en los cancerberos uniformados bajo salario del impío.
—Dejad que hable el loco.—Mofara el marqués desde
el altar.—Sin duda su atrevimiento
encontrará infructuoso cediendo clara oportunidad lectiva para el resto. Pues
así quedará escrito, cómo el más listo perdió su
cabeza.
Y espadas regresaron a la
espera.
—Vuestra parla sigue en nido exento de árbol. Ella es
sacra obligada a la barbarie de desposarse con quien no la ama, ni la respeta.
No obstante con vos estoy, vuecencia, hoy trabajará la santa parca.—Despojó su capa mostrando
arsenal.—Mil palabras razonadas
os brindé en el pasado y no escuchasteis. La niña volverá con los suyos, no
sucumbirá a vuestros delirios pecaminosos, retomará a la senda de su libertad
por nacimiento.
—¡Blasfemia!—Chilló el obispo.—Dios designa y el hombre cumple.
—Blasfemia no, haragán.
Justicia.
Todo en contra y arrojara valentías con el
único propósito de frenar la colección de damiselas obligadas al peor de los
pecados.
Hábil mostrara su manejo hierro liquidando
a cinco adversarios de los treinta, acudiendo el resto para apagar el pequeño
fuego o solitaria llama desguarneciendo así a su amo.
En verdad nada pudo aunque imprimió enorme
coraje batallando a pesar de sus heridas, pero estocada maldita atravesó su
espalda quedando arrodillado, a merced...
Mandó entonces alto, al desear rajar él
mismo el gaznate del sabio justiciero mostrando espalda a la joven aterida, niña
pura y mancillada que observaba pasmada el intento de su tío.
De entre su sedosa vestimenta rescató la
daga que días antes le ofertara su familiar ahora moribundo, con indicaciones
claras...”Es edad de la luna, niña. Yo mostraré la llena que mengua para que
atenciones desvíe...Y tú serás la invisible creciente que nadie
espera.”
P.D. Si la historia se hubiese escrito
desde la verdad, alejada de ideales o egocentrismos, muchas heroínas figurarían
en ella cual mano justa que impartió justicia.
Sin embargo existe demasiada paja,
confección y mentira en las páginas de nuestro pasado...Ejemplo
ilustrativo...Jesús nunca fue carpintero, se dedicó en sus años no públicos a
trabajar en la cantera. Estaba casado y tenía hermanos (Santiago, el más
conocido)
Con esto (datos testados por
historiadores) sólo pretendo mostrar lo injusto de la historia escrita...Es más,
teniendo en cuenta que el movimiento de Jesús partía del plano familiar (Juan
Bautista, primo, etc.)...Me hago la misma pregunta que se hacen muchos
historiadores...¿Qué papel real desempeñó la madre de Jesús, María?...Puede que
nos sorprenda la respuesta, la verdadera...Y soy ateo, hablo desde el punto de
vista histórico, no creyente.
Sin más, me despido no sin antes desearte
de lo bueno lo mejor con un hasta entonces, hasta ahora.
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© Dadelhos
Pérez