lunes, 24 de abril de 2017

Las edades de la Luna



Apostara existencia cuando vio tan hermosa dama escoltada por la condena burguesa que la sustentara, cruzando el corredor de los elegidos hasta la noble sala presidida por la imagen pía del crucificado, el obispo armado con las santas escrituras y el obeso terrateniente que en parcas la comprara.
Parado en su talento rechazado por la gran mayoría, rompió filas desde el respetable para plantarse a la vera de la guardia y soltar sin tapujos sus verdades...
Ni la bendita repetida en los salmos, mi honrado marqués. Ni el caudal usurpado al pueblo, ni vuestra fantasía de auparos al divino tuteando al mismísimo Dios...
Hierro sonara de inmediato en los cancerberos uniformados bajo salario del impío.
Dejad que hable el loco.Mofara el marqués desde el altar.Sin duda su atrevimiento encontrará infructuoso cediendo clara oportunidad lectiva para el resto. Pues así quedará escrito, cómo el más listo perdió su cabeza.
Y espadas regresaron a la espera.
Vuestra parla sigue en nido exento de árbol. Ella es sacra obligada a la barbarie de desposarse con quien no la ama, ni la respeta. No obstante con vos estoy, vuecencia, hoy trabajará la santa parca.Despojó su capa mostrando arsenal.Mil palabras razonadas os brindé en el pasado y no escuchasteis. La niña volverá con los suyos, no sucumbirá a vuestros delirios pecaminosos, retomará a la senda de su libertad por nacimiento.
¡Blasfemia!Chilló el obispo.Dios designa y el hombre cumple.
Blasfemia no, haragán. Justicia.
Todo en contra y arrojara valentías con el único propósito de frenar la colección de damiselas obligadas al peor de los pecados.
Hábil mostrara su manejo hierro liquidando a cinco adversarios de los treinta, acudiendo el resto para apagar el pequeño fuego o solitaria llama desguarneciendo así a su amo.
En verdad nada pudo aunque imprimió enorme coraje batallando a pesar de sus heridas, pero estocada maldita atravesó su espalda quedando arrodillado, a merced...
Mandó entonces alto, al desear rajar él mismo el gaznate del sabio justiciero mostrando espalda a la joven aterida, niña pura y mancillada que observaba pasmada el intento de su tío.
De entre su sedosa vestimenta rescató la daga que días antes le ofertara su familiar ahora moribundo, con indicaciones claras...”Es edad de la luna, niña. Yo mostraré la llena que mengua para que atenciones desvíe...Y tú serás la invisible creciente que nadie espera.”

P.D. Si la historia se hubiese escrito desde la verdad, alejada de ideales o egocentrismos, muchas heroínas figurarían en ella cual mano justa que impartió justicia.
Sin embargo existe demasiada paja, confección y mentira en las páginas de nuestro pasado...Ejemplo ilustrativo...Jesús nunca fue carpintero, se dedicó en sus años no públicos a trabajar en la cantera. Estaba casado y tenía hermanos (Santiago, el más conocido)
Con esto (datos testados por historiadores) sólo pretendo mostrar lo injusto de la historia escrita...Es más, teniendo en cuenta que el movimiento de Jesús partía del plano familiar (Juan Bautista, primo, etc.)...Me hago la misma pregunta que se hacen muchos historiadores...¿Qué papel real desempeñó la madre de Jesús, María?...Puede que nos sorprenda la respuesta, la verdadera...Y soy ateo, hablo desde el punto de vista histórico, no creyente.
Sin más, me despido no sin antes desearte de lo bueno lo mejor con un hasta entonces, hasta ahora.

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© Dadelhos Pérez