Dos mundos
diferentes:
Me desconecté todo el fin de semana en pro de converger con
la vida, ya sabéis, en vez de escribir poemas, relatos o pensamientos;
protagonizar oda, compartir impresiones y alimentar mis carnes cuarentonas con
el candor luminiscente de María. Pero ya regresé a la balsa de aceite del
cotidiano.
Mañana publicaré el capítulo pendiente de cada semana, hoy
pensé en compartir un retal de mi existencia. Es verdad que no soy muy dado a
colgar imágenes personales o contar abiertamente situaciones sin el dulce adobe
literario. Pero me dije, “qué diantres”, no es malo desmontar a Pepe y aparcar
por un momento a Dadelhos…
La vida suele regalar momentos que sobrepasan los argumentos
de novelas cómo seguro sabrás. En mi caso sorprendió dulce encontronazo con Francesca, hermosa e inteligente modelo
que formó parte de mi vida cuando éramos unos niños y el capricho del sino nos
ha vuelto a reunir.
Me alegró saber de ella, conocer de su existencia en juego
infante de mandarnos audios (cosa que no casa con mi personalidad por la devoción
de mi alma por la cercanía)
Es verdad que mi voz figura en audiolibros de terceros,
incomprensible que no alcanzo, al insistir sus autores en que ejerza de
narrador. Sin embargo, al grabar audios para mi buena amiga, descubrí que tengo
la necesidad (pura y sana) de compartir mis desventuras con ella alrededor de
mesa o en cualquier banco de parque.
La vida sigue recompensándome con sus pequeñas sorpresas,
cosa que agradezco, colocando sobre el tapiz presente susurros del pasado que
no hieren o merman, más bien todo lo contrario, demostrando a este humilde
escriba que las decisiones tomadas fueron acertadas, ni rencores, ni reproches,
ni niñadas…Cariño, cercanía, empatía y muy buen sabor de boca.
P.D. Le pediré permiso para publicar su imagen con la única
finalidad de que mis amigos/as la descubran e incluso la contraten si lo
estimaran oportuno. Mi reducido grupo de colaboradores ya está movilizado para
que la bella protagonice una de mis portadas (novela)
Esperando disculpen este cambio de tercio, a partir de mañana
retomo mis escritos, hoy tocaba confidencia.
Me despido no sin antes desearte de lo bueno lo mejor, con un
hasta entonces hasta ahora.
Pepe (Dadelhos Pérez)