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uimos la quinta y la tercera entre
millones de idénticas descendiendo en manto líquido, saltando cuando rayo madre
ordenaba salida rugiendo el trueno padre en nuestro día
reiterado.
Fuimos dos gotas al viento enrabietado
precipitadas al vacío de la vida, la tercera hermosa de piel divina…La quinta
azarosa por alcanzarla entregado…y la furia del resto en nuestro universo
condena que nos guio hasta el suelo, charco, donde proseguimos nuestro
anhelo…
Y fuera el beso primero quien apaciguó mi
alma amartelada en plenitud radiante por el sol monarca, para enredarnos en
nuestro destino carne…Besarte, perderme, amarte…Siendo testigo de cómo tu cuerpo
y el mío se evapora entre pasiones para ascender hasta los cielos gaseosos,
mirarnos a los ojos y reiniciar nuestra aventura con nuevas sagacidades e
idénticas esperanzas…
Rayo pariera con trueno escolta…saltando
la bella cual tercera y uno mismo siendo quinta que la persiguiera hacia el
paraíso de conocernos en el vértigo de la vida…
Lo sabes bien, María.
P.D. La vida son
hojas vacías entre tapas lindes, la portada albea, las en blanco albergan y la
contraportada finiquita. Pero al igual que en nutrida biblioteca más que cientos
son millones que redundan argumentos sensaciones dando eterno sentido a la
existencia con nombre propio…Amor.
Solo soy un escriba que subsiste de sus
artículos alejado de lo vano amargo, mientras cuido de mi dama (María) en
nuestros fines de semana vida, allá, en la calle Alboraya de mi ciudad amores
(Valencia)…O dicho de otra manera, la quinta y la pretendida gota de lluvia
candor, que rompe diluvios los sábados y domingos en el evoco constante de
desvividos que se viven.
Es posible que el dulce redunde de nuestra
existencia no sea ejemplo perfecto para la imperfección sin taras. Consciente
que melló sentimiento que me vence, me despido no sin antes desearte de las
buenas las mejores con un hasta entonces, hasta ahora.
©Dadelhos Pérez