miércoles, 15 de marzo de 2017

Danzara bella


 

D
anzara bella silueta en las sombras paredes mientras carnes y pieles alcanzaron nuestros espíritus, agitados por el fuego deseo alentado del te quiero sin tornar amartelados capaces de cegar las albas raciocinios. Pues quien late traiciona y lo que ilumina prevalece sin turbios, peros, te amo o encuentro en el sino alejado de nuestras carnes.
Danzara hermosa temblando ante susurro descaro que mi boca suplicara, para aterrizar en su espalda alimento con beso tierno que asciende conquistando nuca, cuello, y volver al caramelo de sus labios sin abandonar esencia vital alejada del corazón azaroso para alcanzar de lleno el alma…
Puede que te suene a sexo pero narro el momento verdadero propuesto por la vida sin condena enamoramientos, al representar una centésima perdida en el eterno de una vida… Sin embargo si alma alcanzaste con la diva mucho más allá de las carnes, rozando poemas en las prosas verdades, culminación hermosa que burla al caprichoso tiempo por ser energía vigorosa que lo desconoce aletargando goce con nombre propio…Existencia…
Danzara siendo para la mayoría libídine, enamoramiento…y para el resto extraño, amor alejado de dogmas pues aquella que duerme a mi lado no es mi esposa, mi mujer o mi compañera…Es la bella que me regala su tiempo, ama mi cuerpo y alimenta mi alma.

P.D. El enamoramiento no prevalece ferviente en la madurez al diferenciar el deseo carne de la atracción almática. Supongo que las distas en este vasto terreno las diferencian mucho mejor las almas libres (y que no se enfaden los casados/as)
La ecuación es sencilla colocando cualquier posibilidad sobre la mesa: cualquier alma libre sigue transcurso vital a través de conocer semejantes sin complejos, no necesita de falacias ni pliego a juramentos (las grandes ventajas de la verdadera libertad)
Mientras un alma casada “condena” su camino vital al de su pareja sin tener en cuenta futuribles…Existen las imperfectas sin mácula…Pero la inmensa mayoría se ha engañado en alguna ocasión, eso sí, veinte años encadenados al matrimonio provoca distorsión en el amor verdadero cayendo de bruces en el deseo sexual cuando miran de puertas hacia afuera.
Puede que no lo haya explicado como debiera, cabe esa posibilidad (…) aunque antes de que el hombre domesticara al hombre sólo existían almas libres…ni altares….ni promesas…ni posesiones…No estoy muy seguro puesto no estuve allí…
Sin más ilógica que la lógica quebrada desde las apariencias frente a las verdades, me despido no sin antes desearte de las buenas las mejores con un hasta entonces, hasta ahora.
©Dadelhos Pérez