martes, 31 de mayo de 2016

TETAS

TETAS

Danzan a paso vigor que marca contoneo cadera al ritmo tacón por calles y plazas, las ansiadas por ojos que las siguen cual imán al hierro, entrando ergo en debate de si son naturales u obra de cirujano experimentado en convertir tablas en cerros, cerros en montes o montes en impresionantes cordilleras que no dejan ver llanos afectando las espaldas de ellas (y me refiero a las más valientes que se plantan talla desproporción) Es tema devoción que no altera el producto aun rizando rizos que despiertan carnes. Al poco importar si se cortó y bordó puesto que el resultado agrada, atrae, delira provocando pueriles piropos típicos de albañil a pie de obra. No obstante, calzo directa disimulo frente al nulo que albergan las perfectas peras de nuestras mujeres, no sin antes aclarar lo obvio de mis buenas intenciones, las tetas son dueñas cuan escote generoso y sin este, pues por norma corriente el macho admiraría escoba, farola, reja o baranda siempre que lleven falda. Y no es tradición, más bien naturaleza que tensa al hermano pequeño incitando a la interacción en claro avizoro cama. Sin mediar más allá que degustar, vestirse e ir al bar para jactarse habiendo culminado o simplemente ensoñando que así fue. Ya saben a lo que me refiero, igual que el juego del parchís; mato una y cuento veinte.


®Dadelhos Pérez

viernes, 27 de mayo de 2016

CHURUMBELES

CHURUMBELES por Dadelhos Pérez

Fragancia conquista cuando cerro vences, cruzando primero los secanos llanos con escasa arboleda desperdigada en manto oro, alcanzando el riachuelo que muerte enseña pues vida no alberga ni albergara durante los durante, allá, en el rincón que olvida tras ser olvidado por las modernidades fugaces que mueren frente a novedosas. Esas modas que nada ilustran al son que desvalijan conscientes a adeptos inconscientes que se persiguen constantes con el afán de ser quien realmente son tras interpretar lo que nunca fueron, ni serán.
Te hablo de tierras puras, vírgenes dominantes entre valles arrogantes cual guardianes de la bazofia modernista. En ellas cohabitan sentidos muertos en las selvas de asfalto, los mismos que saben de su existencia a través de novelas, prosas, cuentos u odas; inspiradas en terreno desolado en cuanto a la mano destructiva del hombre ciudad. Lo puro siempre retoña de lo acrisolado en su linaje nítido e inequívoco, cualquier otra cosa es mero sucedáneo.
La humanidad insiste en alejarse de la natura que cabezona se pronuncia, copiando a madre preocupada frente al desmán adolescente de su niño pretendiendo ser adulto. Embocando pitillo veneno y soltando tacos prepotente al creerse poseedor de la verdad única, esa falaz que nos conduce por el laberinto tóxico hasta convertirnos en adultos responsables. Otra tontería que resta frente a la verdadera pretensión de la existencia que se concentra en aquello que menos atención prestamos, pese a ser meros prestados sobre la faz de nuestra madre tierra por ser finitos, errantes, de paso.
¿Y te preguntarás a qué viene toda esta monserga idealista y descafeinada? Sobre todo cuando se podría resumir en parca frase con cierto tinte vilipendio que obvia descarado lo dúctil, escapando de lo correcto por ser, de hecho, todo lo contrario... Pues bien, la respuesta es tan sencilla o más que la cuestión si nos atenemos al núcleo primario que nos hace ser lo que somos (…) Buscadores incansables de nosotros mismos, igualito que el entregado, el esclavo de modas que cambia de peinado cada semana, luciendo estridentes colores imposibles que lo convierten en escaparate allá por donde va...


Papá, no hace falta que des tanto rodeo para decirme que no te mola mi estilo. Soy un “Churumbel” te guste o no. Me encanta la música Churumbeles, su estilo de vida, entre nosotros nos tratamos como hermanos alejados de la mierda social. Soy parte de una tribu pura que sigue a pies puntilla ideario...


¿Qué ideario? ¿Salir todos los días de farra? ¿Coger cogorza tras cogorza o sisar tantos céntimos como puedas de mi cartera? Llegará mañana, hijo, es algo que siempre te alcanza hagas lo que hagas, creas en lo que creas. Anochece y albea consumiendo el que ahora eres para despertarte una mañana y encontrarte frente al espejo con un churumbel de cincuenta tacos tachado de retro y solo, sin tu ahora flamante grupo del que muy pocos quedarán para recordar la tonta época cuando estabais de moda, cuando os sentisteis alguien acudiendo a los conciertos sufragados por vuestros padres que ya no estarán... Puedes ser un Churumbel dentro de los Churumbeles sin dejar de lado esa otra moda que nació y morirá contigo...


¿A qué te refieres, qué moda?


Tú mismo, hijo, tu universo... De ti depende como de mí dependió cuando era un descarado Heavy de greñas indomables que agitaba la cabeza atiborrado de cerveza y con el porro entre los resecos labios... Al menos piénsalo, date una oportunidad. Creo que no pido demasiado.


Uno es parte de algo siempre, papá. No una moda.


Valora esto, hijo; si naces y mueres solo: ¿A qué grupo perteneces? La vida es lección tras lección sin más pretensión que impartir la siguiente que engendra la que vendrá, sin tener en cuenta esos fugaces grupos accidentales que convergen en parca centésima condenada al recuerdo, información vana o rentable dependiendo del alumno, de ti mismo. Incluso la familia es efímera, un pacto que puede derrumbarse en cualquier momento por la evidencia de que cada individuo es una moda pasajera, tanto, como la misma vida entregada a la muerte desde la concepción que la lanzó al tétrico mundo desconocido y hostil. Aprender, aprenderte para morir sabiendo quien eres, nunca quien pudiste ser o quien pretendiste para hacerlo sin remordimientos ni pesares. Haz lo que creas si realmente lo crees, hijo. Sólo soy tu padre, simplemente eso, ni más, ni menos.


De acuerdo, viejo. Me voy a la plaza, dame cincuenta euros para pipas.




¿FIN?
® Dadelhos Pérez









jueves, 26 de mayo de 2016

LA MARCA DEL LADO OSCURO por Dadelhos Pérez


Todo tiene cabida en la ensalada vida, aunque no ande sazonada con mágicos aditivos enfrascados y con etiqueta que finita su poderoso deguste, si gusta, por supuesto. Lechuga fresca en cualquier variedad entonando esperanzas por su color existencia; tomate alegría cual azúcar frente pimienta que queda reservada al gusto de cada cual. Sí, la existencia es una buena ensalada servida en tabla veraniega a milímetros de la arena playa por hermosa princesa, esclavizada al horario agobio en pro del adverso que disfrutan los atendidos, miradas alegría, comentarios jocosos. Brisa rompiendo barreras vergüenza y el cántico de la eterna salada en su vaivén relajado. Un cuadro reservado para el disfrute de los superados por el marchado vigor y atiborrados de sabiduría, puesto siendo zagal las apetencias rondan otros universos tan finitos como este... Toda perfección anda sometida a lo imperfecto, sin duda.

Es un loco entregado del todo a su locura. Puede que sólo un ignorante amarrado a esa tonta felicidad del no saber, ni pretenderlo.

¿Chascarrillos de buena mañana? Me sorprende su reacción frente a mi humilde exposición, señor. Esperaba tensión decadente, abocada al descontrol que pare súplica frente al negro panorama.

Bueno, soy consciente que llevo la marca del lado oscuro desde que me atreví a adentrarme en este sórdido universo tan dado a la imaginación. Siento en el alma no resultar una víctima perfecta. Pero, como bien dijo, la perfección anda sometida a lo imperfecto, siendo mi quehacer eso mismo, ¿no cree?

Sinceramente, cuando me llegue la hora espero reaccionar como usted, agarrando lo tétrico y convirtiéndolo en vulgar. Sabe, también estoy agotado, tantos años dando matarife a demasiados y demasiadas por comanda, sin más explicaciones que el monto a percibir una vez acabado el trabajo, claro está. Al principio me imaginaba que eran crueles inhumanos asesinos de niños, colocando al imbécil de turno en lo más alto de la escala macabra. Hasta que me di cuenta que ese lugar no era de ellos ni de ellas, me pertenecía por méritos propios. Supongo que por eso acepté la comanda, esta misma. Estoy cansado de liquidar a inocentes, padres de familia adictos al juego, al sexo, a tantas y tantas enfermedades (…) Pero usted, amigo mío, usted si merece el destino que le traigo por las ingentes atrocidades cometidas, sin medida, disfrutando en cada una de ellas, recordándolas sonriente al anochecer mientras espera otro nuevo recado sanguinolento. Puede que usted y yo parezcamos lo mismo, sólo puede, porque nunca disfruté torturando a inocentes hasta la muerte... Me da asco incluso mirarle.

¿Qué cambia hoy? Siempre la misma monserga, te plantas delante del espejo con la cara a medio enjabonar mientras observas ido la puta navaja de afeitar soltando gilipolleces, para acabar donde siempre... Tú y yo somos lo mismo... De nada te servirá tratarme cuan otra personalidad diferente puesto que ambos tenemos la jodida marca del lado oscuro al ser la misma persona. Ahora, termina de una puta vez de afeitarte y salgamos en busca del nuevo divertimento. Me apetece rajar gaznates.
Lo que cambia hoy, maldito indeseable, es la certeza que ganó mis carnes; resquemor irritante que no para de cuestionar en el despierto y en el dormido. La certeza cegada, el ansia vencida, en definitiva; el juicio clausurado tras los martillazos del juez consciencia. Hoy no terminaré de afeitarme, hoy simplemente pondré fin a esta pesadilla.

Ayer soltaste la misma bazofia y al oscurecer seccionabas los pechos de aquella ramera, sonriendo, empalmado, degustando la auténtica ensalada que casa perfecta con lo que somos. No harás más que aquello que siempre haces, que siempre hacemos, lo que sabemos hacer bien, muy bien. Perfecto... Si viviéramos mil años, mil años andaría la perdida policía rompiéndose los cuernos para no sacar nada en claro...

No viviremos mil años, ni siquiera uno más, puede que algunos minutos dentro del tormento impuesto a tantos y tantas durante demasiado... Me gustaría estar en la terraza playa...

¡No seas gilipollas y baja la puta navaja!Gritó su reflejo desde el otro lado del espejo enfadado, humillado, asustado, y sobre todo, vencido.

Pedir una ensalada a la hermosa camarera que me sonríe...

¿De qué nos servirá? ¡Acaba de una jodida vez de afeitarte y marchemos!

La brisa romperá la barrera vergüenza y por fin le dedicaré palabras que ella acogerá con gesto agrado, inclinándose para servir plato, para servir vida, para cambiar rumbos y converger en mundos liberados de la pesadilla... La vida es como una buena ensalada servida en mesa veraniega a milímetros de la arena de la playa... Como cuando era un crío...
Fin
® Dadelhos Pérez


Parte de un relato corto (que terminó siendo novela) dentro del género negro negruzco (asesino en serie) alcanzando buena cota que abrió varias puertas editoriales en América Latina. Cierto es que gané algunos cuartos escribiendo cual negro para algunas (sobre todo argentinas) de las que guardo un especial recuerdo afectuoso. En muchas ocasiones caminé por las calles de Buenos Aires, por sus barrios, charlando con sus gentes en mercados, etc. Me impresionó (al menos en mi primera visita) la cantidad de arte que destila, sobre todo literario y teatral. Estuve tentado por aquellos años en mudarme allá al parecerme un universo perfecto, siempre dentro de mi imperfecto cual satélite desorientado, caminando contracorriente o alejado de las sendas habituales... No pretendo desmarcarme del resto o auparme a extrañas posiciones de mejores y peores puesto no creo en esa imbecilidad de la competencia, me aferro más a lo innato del ser humano, su creatividad sin lindes capaz de lo imposible aun imperando nulas posibilidades.
Hacía tiempo que no me adentraba en el género y me apeteció tras ojear el libro; no es una de mis preferidas pese a que me costó mucho sacarla adelante por el tema de investigación. De todas formas, espero disfrutaras del breve deseándote de lo bueno lo mejor, cómo no. Espero leerte pronto en la red de redes (que no pesca pescados, aunque haberlos los hay) hasta entonces... Hasta ahora.




martes, 24 de mayo de 2016

Bocadillo de mortadela con pan a secas

BOCADILLO DE MORTADELA CON PAN A SECAS, O VICEVERSA.
Los deseos se enfrentan desnudos de cara a la cruda realidad, o en su defecto afectuoso en cuando a precisiones imprecisas, otros deseos con idénticas taras que subsisten en el imaginario del imaginado capaz de imaginar el anhelo vuelto piedra. Y que impere la tranquilidad que no pretendo extraño galimatías casando propósitos en remiendo lingüístico, de hecho, echaré los cuartos al cocido sin pastilla de caldo tramposa en este pues vale (¿O era pues bien?) recorriendo escueta senda hasta alcanzar el magro sustancial de la insustancial realidad que lo hace ser precisamente eso, magro.
Centra sangrante caso que no casa venturas en caída libre (así lo llamarían sesudos a cambio de un puñado de papel moneda) donde la desgracia viene de manos anilladas y reloj pulsera de alto copete que marca tiempos diferentes a los regentes entre respiradores de la existencia finita (siento dar esta mala noticia a todos aquellos y aquellas que se aferran a la inmortalidad esgrimiendo sonrisa ladeada en aras de humildades extintas, mera formalidad suya aflorarlas en el desértico sin sentido de sus almas herradas, que no errantes) cuando lo tremendo de sus actos no revelados condenan tras acecho constante resumiendo su pecado más que capital (y no hago mención a la pena máxima desterrada del sistema falaz) titulando en primera página de prensa papel o vocerío escrito por palmeros sistemáticos incapaces de abandonar su postulado comodón pese a navegar por fangos chaqueteros, no quisiera ser más claro para no deslumbrar al respetable (…)
Un hombre vulgar de cuarentena superada y con la maleta repleta del caos sustancial cosechado en la vida cotidiana, la cual, reverso tras reverso, mermó en desgracia al busca felicidad abocándolo al basurero donde anidan parados de larga duración y movidos (el antagónico del parado) por euro la hora (exagerando lo exagerado del monto percibido en el mercado B de Bárcenas del negro laboral, el mismo donde pululan los que la llevan negra) que acude envuelto en denso desánimo a la asistencia social cual cerdo enfila matadero pese a escuchar las quejas de los de delante, musitando (¡Coño! No es para tanto) palabras soltadas airosas con diferente sonoridad (digamos, más condescendientes) por el acomodado/a en el despacho “salvavidas” sufragado por la sopa boba auténtica, real, palpable, notable e irremediablemente vana.
Cierto, no tengo más remedio frente a la evidencia, que muchos andan por el linde podredumbre, no, tres calles más adentro, aquí, en el país ensoñado convertido para demasiados en pesadilla despierta que sigue y prosigue arrasando el mal mencionado (por referirme de algún modo) estado del bienestar, en la Europa unida y comandada por garulos saqueadores con disimuladas nóminas sufragadas por las grandes marcas que siguen marcando los destinos del mercado, que a la postre y en síntesis realista de realidad fuera de malinterpretaciones o divagaciones típicas de estos y estas (políticos; haraganes amantes de la buena vida que prometen y te la meten orando descripciones sistemáticas que sólo conducen a las puertas del averno, siendo dúctil frente a los que acunan cual vocación mandar sobre el resto, menuda tendencia) … Que esos mercados y esas marcas son simples personas… (Siento en el alma romper la magia que envuelven esas palabrejas extrañas escupidas por expertos adjetivando excéntrico para enmascarar lo obvio)
En definitiva, sigue durmiendo entre cartones y mendigando su derecho a vivir, comer, mear, cagar y morir (que parece ser lo único que sí acepta la maquinaria oxidada e inservible gubernamental) capaz de demonizarle por recoger chatarra intentando alcanzar la mágica cifra que le permita cambiar de menú (en vez de mortadela con pan a secas, pan a secas con mortadela) multando al desgraciado por robar (y dije bien) los cartones de los contenedores mercantilistas colocados en la vía pública de mi ciudad amores, Valencia. La guerra abierta y nada encubierta del cartón, ¡chachá!
Puede que sea justo el meter paquete al insurrecto peligroso reclamando cifra imposible (más de quinientos bocatas de mortadela con pan a secas o viceversa) por delinquir sustrayendo el valioso material custodiado por contenedor, previo acuerdo entre chaquetas de chaqueteros amantes del aroma billete y olvidando lo que suelen olvidar el día siguiente a las elecciones… Como no estoy nada de acuerdo en esta burda forma de actuar que recuerda la realidad verdadera que rige el minuto a minuto de la sociedad esclavizada; a partir de la fecha, me dedicaré a sabotear el valioso material de los ya más que mencionados contenedores. Eso sí, no seré tan torpe como el cuarentón denunciado y repudiado por la inútil asistencia social, ya que usaré pasamontañas para no ser reconocido así como planearé al milímetro (usando incluso la informática y más allá) mis futuros robos sonoros de cartón elitista en las calles de mi Valencia pandereta, forjando revolución chatarrera que encenderá todas las (pocas) luces de los mandatarios en claro jaque al tontísimo capitaneado por gilipollas inmorales que permiten estos desquites feudales.
Con toda seguridad abriré algún telediario, noticiero o propaganda gubernamental junto a peligrosísimos rojos enervados que pretenden revolución, presentado como el más peligroso ladrón de cartón de todos los tiempos y tachado cual enemigo público número uno. Puede que hagan algún filme inspirado en mi acción de género tétrico donde rivalizaré con el mismísimo Freddy cuchillas o el diablo, convirtiéndome en el villano más conocido del planeta “El usurpa papel sanguinolento; Cartoneitor”
P.D. No pienso vender el material, lo almacenaré en zulos escarbados entre cerros, arboledas mediterráneas o simples cuevas montaña, afectando así al nutrido y poderoso mercado del cartón pese a las posibles reprimendas por parte de las coaliciones chatarreras que pululan entre desperdicios buscándose el pan. Señoras y señores, los contenedores quedan fijados cual objetivo principal de este nuevo peligro que se cierne sobre la sociedad (El roba cartonaje, el despiadado chatarrero, el voraz insurrecto marxista-hitleriano) Lo sé, algo exagerado, igual igualito que multar a un sin techo por agarrar unos kilos de cartón para poder mantener su nivel de vida, ese de vivir por encima de sus posibilidades al aspirar comer diariamente un bocadillo de mortadela con pan a secas, o viceversa) Y a todo esto, la asistencia social sigue insistiendo que no necesita ayuda al disponer del dispendio que dispuso cuando tuvo y no retuvo, siempre según sus memeces… De chiste, no; para echarse a llorar y no parir lágrima...
Por Dadelhos Pérez


Un artículo en vanguardia guerrillera que apunta a los que constantemente permanecen apuntando a cualquiera, divisando enemigo, peligro inminente en cada rincón de la ciudad; mientras arrasan con lo ajeno con sus ropajes disimulo y sus recurrentes contestas de echar balones fuera. Puede que algún día amanezca de verdad en el universo elitista y mafioso de la política casera (España) acabando con desmanes instaurados cual norma que se aleja del espíritu real que debería ser la sociedad. Esa misma que sólo representa mero ganado al que explotar sea como sea...

Abrazos desde la corta distancia de este loco loquete (que no loquillo, roquero español) deseándoles de lo bueno lo mejor. Yo, sigo hundido en la vorágine profesional como si no existiera un mañana (y no exagero, por desgracia) espero nos leamos más pronto que tarde en nuestro particular universo etéreo, hasta entonces... Hasta ahora.

jueves, 19 de mayo de 2016

ARRUGA

ARRUGA por Dadelhos Pérez


Rigen destinos en aquellos que obran frente encrucijada escribiendo la ventura de sus pasos, que a la postre, se transforma en comentarios más o menos aburridos cuando las arrugas terminan de conquistar la tersa, y me refiero a la piel, por supuesto. Puedes mirar hacia atrás tantas veces como gustes siendo zagal casi recién destetado, porque cuando los cuándo se amontonen revenidos en cuantos frente al espejo de cada mañana, esas ojeadas niñas te parecerán mendaces frente a las distancias ingentes que recorre tu cabeza rebuscando en el baúl de los recuerdos, esos que danzan reinantes cual estilo único de vida. Lo que dicen acerca de vivir en el pasado, pasado (…) en eso me he convertido.
No será para tanto, abuelo.
Para tantos pocos que siguen respirando, hijo. A veces es mejor terminar al unísono abandonando la butaca de la vida para no contemplar las soledades que van anegando lo que fue mi universo, somos parte indisociable de un todo singular, por desgracia. Pero así es el juego que nos permite descubrir las luces de la feria capricho, o al menos, esa mínima parte que nos deslumbró más. No se vive lo suficiente para saberlo todo, saborearlo, amarlo o detestarlo. Menuda magia primera, cuando el vigor ignora la torpe razón dominando los segundos siempre euforia (incluso cuando cierne noche cerrada en día despejado e iluminado por el abrazo del astro dios del mediodía)
No sé qué coño quieres decir con eso.
No quiero decir nada en concreto, hijo, te mereces descubrirlo por tu cuenta, degustar las mieles que traen las hieles para albear nuevas dulces entremezcladas con saladas… El baturrillo de la existencia…
Bueno, sólo quería saber de ti. Mamá no puede venir por culpa del trabajo y papá (…) ya le conoces. Su mundo ocupa el espacio sideral, y a su vez, el espacio del espacio sideral. Siento en el alma tener que decirte lo mismo cada fin de semana. Me encantaría que las cosas fueran de otra manera, viejo.
No te preocupes, hijo. Tengo la bendición de tenerte cada domingo y doy gracias por ello. Sabes, me encantan esas historietas tuyas, tus aventuras en la tétrica madrugada donde todos los gatos son pardos. Me inspiran cercanía a mí mismo, es como revivir mis pérdidas de memoria tras las tremendas farras, mucho antes de conocer a tu abuela. Fui un peligroso inerte, así me llamaban, sobre todo después de aquella pelea en las fiestas del barrio. Cierto que sólo recuerdo la música y las caderas de aquella portentosa andaluza. El resto, bueno, todo, me lo contaron a la mañana siguiente. Aunque para ser sincero, lo hicieron pasada la hora del almuerzo. ¿Te lo conté?
No, abuelo. Desconocía esa faceta tuya.
Yo fui joven, aunque no te lo parezca por culpa de esta fachada sin remedio. Y antes, niño, igual que tú, con cierta y notable ventaja que salta a la vista…






Demencia en soledad se instaura cual locura incurable, navegando por los infiernos del adentro sin más afán que perderse y no regresar jamás al solitario diurno, al asfixiante nocturno, a las horas muertas en minutos agonizantes sin pronunciar palabra (…) El viejo le contaba cada domingo la misma historia copiando idénticos gestos y silenciando rotundo, estatuado, cuando la asquerosa varilla del reloj de pared marcaba el final del comienzo, o el comienzo abocado a su tétrico y solitario final allá, mucho más allá del habitáculo hueso con crucifijo espanto presidiendo pared, en sus mundos recuerdos que quedan cual reinterpretación de lo que fue para ser lo que hubiese querido que fuera y acabó abrazando convencido de que así ocurrió, así lo vivió (o para ser más preciso) así lo sigue viviendo a cada clic varillero que persigue a su gemelo clac en compañía perpetua de su amiga postiza, la soledad…
Una microhistoria decadente que alza noblezas y advierte, tanto a buenos como a decentes, que no hacer caso no evitará el amargor solitario en nuestra vejez sentencia. Por lo tanto, amar y aprender de nuestros mayores no es sólo un privilegio, es un auténtico regalo.
Sin más tiempo para seguir ensoñando tamboreando teclas como si fuera un concierto de piano, les deseo cumplidos deseos y sonrisas sinceras en rostro (al menos una al día) esperando retomar la monotonía para poder leerles más. Dejo pie de página que me gusta (sin desmerecer a sus otros hermanos) Hasta entonces… Hasta ahora.



lunes, 16 de mayo de 2016

Inspiración cineasta, mil perdones, jejeje

SEMINARIO DE UN GILIPOLLAS por Dadelhos Pérez
Acto primero: “El estúpido encuentro”
Hace un día pachucho que merma paciencia e incluso encoleriza alma, menos mal que por fin encontré un trabajo hecho a mi medida, recepcionista de finca. Más conocido como portero. El sueldo no es gran cosa pero me ceden el diminuto ático y solo tengo que limpiar la escalera por las mañanas y pasar el resto del día sentado tras la mesa, eso sí, leyendo el periódico y hablando con algún que otro vecino. Una vida de reyes… Mira, anda, ya viene el cartero.
Buenos días.
Algo tristón pero bueno lo tenga.
¿Me ha llamado tristón?
Me refería al día, caballero. No osaría llamar tristón a cualquier desconocido, sabe, al menos hasta dentro de un par de semanas cuando nos conozcamos más y tercie confianza.
Traigo un paquete para el señor Gómez Salado, portero.
Trae un carrito lleno de paquetes y cartas, pero no me haga caso, es la felicidad que rebosa en mí por conseguir este puesto tan importante. Y no me llamo portero, cartero, deje que me presente como es debido, si debiera, algo que dejé de hacer en el momento que liquidé la hipoteca que me tenía embrosquilado, más turbado, entre agobios (…) Gélidos sudores y tembleques me invadían frente al momento dispendio que jamás me relajó…
Puede que necesite un encuentro esporádico, señor portero.
¿Esporádico?, de eso nada, siempre llegaba a su hora, sin retardo. Puntual.
Menudo dominio masturbador tiene usted, y ese desparpajo para contarlo sin tapujos.
Bueno, no es un secreto; todo el mundo anda hipotecado en asfixia que no deja vivir.
Pero da gustito cuando despunta cual volcán y reduce tensiones.
¿Qué tensiones?
Las de la carne, de lo que estamos hablando.
Le hablo de tensiones bajo presiones que afectan al bolsillo, amigo.
¿Pagaba por masturbarse?
Pagaba más turbado, caballero, a desgana igual que el resto de la gente. Pero liquidé la deuda hace poco menos de un mes y desde entonces vivo en la gloria. Sin turbaciones y con María Bolso, mi fiel princesa.
Creo que no le sigo, amigo. ¿Estamos hablando de sus masturbaciones de pago con María la del bolso?
Es usted un poco animal, ¿no cree? Le comento mi liberación, escuche atento, dineraria y Mari Bolso es mi pareja, no Mari con bolso.
Bueno, es una extraña forma de salir del armario, pero sepa que lo respeto.
¿De qué armario?
De la liberación dineraria con su pareja Maricón Bolso, que supongo será un mote.
¿Es usted gilipollas o se cayó de la cuna cuando era un bebé? Le explicaba que no debo un céntimo al banco y vivo feliz con mi pareja María Bolso, nada de pajas pagando cuartos y viviendo esa invención suya… Ande, deme el paquete de Salado y rubricaré aquí mismo.
Mi paquete salado es propiedad de mi mujer, está claro. No le permito que lubrique mis nobles partes. Respeto sus rarezas que luego dice que no lo son terminando en propuesta deshonesta con la intención de lubricarme agarrando salado mi paquete, señor.
¿Nos hemos vuelto gilipollas? Creo que tiene extraña fijación con el sexo, cartero, debería hacérselo mirar.
Pacharán a granel y que corra viento frente al vilipendio que comenzara inocente con confusión vuelta penumbra. De lo simple a lo estrambótico cuesta confundir palabra precisa en frase correcta aterrizando en lo vil mencionado. Un nuevo experimento del experimentador afanoso en esta aletargada búsqueda de nuevas fórmulas literarias, más o menos turbado que los ceporros de la historieta sin sentido.
¿Qué esperabais titulándose como se titula? Jejejeje, es broma inocente del culpable de estas mismas letras que estás leyendo… Sólo añadir un hasta luego o hasta los siempre cercanos, pues para siempre se interpreta cuan despedida sin regreso. Y este no piensa ausentarse de la nube durante tanto aun no estando el tiempo que me gustaría. Por lo tanto, espero nos leamos más pronto que tarde, hasta entonces (…) hasta ahora.




jueves, 5 de mayo de 2016

PÓSTUMO por Dadelhos Pérez
Pasan las cosas sin preámbulo mientras insistimos en etiquetar la vida, esquivando baches como meros carroñeros en árido desierto dominado por extremos, días asfixiantes y noches hielo.
Es lo que tiene haber nacido hombre, amigo. A la próxima pruebe la vida de comadreja, estoy seguro que le resultará más estresante, sin lugar a dudas. Filosofar es perder tiempo en el físico para ganarlo en el interno. Al fin y al cabo todo tiempo se consume, o dicho de otro modo, os consume irremisiblemente. Tonterías de perdedor.
No comparto casi nada con usted aunque me ate nuestro particular negocio, señor. En cuanto a las ideas, bueno, ya sabe que son acechos desde nuestras verdades hacia las otras, esas que viven en semejantes que nos encontramos por el curioso camino existencial. Porque no me negará que nuestro tropiezo anda tildado de ello. Como decía, pasan las cosas sin preámbulo mientras seguimos catalogándolo todo.
No es más curioso que cualquier otro encuentro profesional, aunque puedo entender su redunda interpretación, señor. Todos obran de la misma, cambiando quizás algún verbo o coma aun acunados en ese humanismo que reflorece justo cuando no queda otra salida más que la mía. Sin embargo, usted difiere del resto en aspectos que llegan a sorprenderme, algo bastante difícil debido a mi avanzada edad. Vamos, sería el ciudadano perfecto para esos haraganes políticos al no llegar nunca a la jubilación. Qué le voy hacer, es lo que tiene la inmortalidad.
Tratar con el diablo, esa negativa que uno acarrea a lo largo de su vida esquivándola, dando espalda en nombre de noblezas que quedan (…)
El maravilloso universo de los mortales, regios ideales mofados a la mínima oportunidad, siempre siguiendo el librillo de las buenas formas cuando la penumbra comienza a devorar existencia arrimándose las gélidas. Créame cuando le digo que todos acceden a entrevistarse conmigo, incluso los más cegados por la fe en mi competencia. Ese Dios sabio, correcto, sufrido, justo e innumerable ristra de halagos vacíos… Yo represento vuestro lado humano, soy claro y conciso.
Verás, no sé muy bien cómo he de llamarte, Diablo, Lucifer o Perico el de los palotes. Me gustaría antes de nada solucionar ese pequeño detalle ya que detesto dirigirme a cualquiera con remilgado usted o señor. Tú, seguro que ya sabes quién soy, ¿verdad?
Puedes llamarme Ramón, por ejemplo, no soy una cosa explicita más bien un cúmulo arduo con millones de personalidades, para que me entiendas. La cuestión es simple, todo tiene un precio aun vagando lejos del oro que tanto amáis los humanos. En este universo prevalecen otros valores más espirituales. Si accedes te concederé eso que tanto anhelas y acabas de perder.
Muy bien, Perico el de los palotes, supongo que podré pedir aquello que desee no solo regresar a la vida, ¿cierto?
Espero que no seas igual que aquel delgaducho calvo que accedió a tratar conmigo cuando le dispararon, Gandhi, todo un personaje en tu mundo.
¿Qué te pidió el pacifista?
Un té helado y hacerme unas cuantas preguntas, extraño deseo para alguien recién asesinado. Insistía en que accedió a negociar para conocerme mejor con el pretexto de que no es tan diablo ni siquiera el diablo, menuda bobada. Le serví yo mismo el té en taza humilde y con hielo picado, tal y conforme lo pidió. Cuando llevaba no sé cuantas preguntas lanzadas con tono condescendiente a la novena potencia (…) Uf, cansino, me puso los vellos como escarpias (...) A mí no se me debe respetar, le dije cabreado, se me teme. Y agobiado de tanta bondad rescindí el contrato enviándolo al cielo (…) Lo sé, una putada para el bueno de Dios, seguro que aún andará dándole la tabarra (…) Pero dejemos la cháchara porque esto pretende ser un micro-relato no una novela por entregas… ¿Cuál es tu petición?
Un café solo con taza porcelana adornada con trazas azules y acerté algunas pregunta para conocerte mejor, Perico de los palotes. Porque ni el diablo es tan malo como lo pintan, estoy seguro. Ah, y con sacarina nada de azúcar.
¡Serás cabrón! Paso, lárgate e hincha el bolo al benefactor de la existencia. ¡Maldita sea mi estampa diabólica! Todo por culpa de mi bocaza. Al próximo no le cuento nada, será posible.

No puedo añadir mucho más a este destartalado engendro lineal que no pretende nada de nada, un soplo de escritura compulsiva dejando brotar lo que ha brotado. Lo siento si no ha sido divertido o interesante, pero he de confesar que así creo los argumentos de muchas de mis novelas… Me siento frente al teclado con un café solo en taza porcelana adornada con trazas azules y escribo sistemáticamente endiablado.


Deseos de buenos los mejores a todos y todas, que la felicidad esté presente en vuestras vidas hasta el último momento (para los creyentes, después también) Espero leernos pronto en el cosmos que posibilita burlando distancias y acercando almas de toda índole, hasta entonces… Hasta ahora.

miércoles, 4 de mayo de 2016

Distracción


DISTRACCIÓN por Dadelhos Pérez

La calma siembra segundo cuando vislumbro poema crepúsculo desde mi universo siempre latente, esa pizca de vida al son comparsa de las olas que acuden, de la arena que espera, de las rocas besando espumas, de la brisa lenta que acaricia rostro y rescata recuerdos que no recordaba.
Ese segundo magia que revela luz existencia nada más sentarme a la vera del paseo, respirar ambiente tocado por la salada, ensoñar cual niño distrayendo coleto que se distrae admirando diferentes gentes en su itinerario grato. Creo que esto que me transmite la mediterránea es esperanza sin esperas, adiós que muere y hola eterno que se confunde con el cántico playa. Aunque regresa gracias a la luz de tu mirada que observa mi morada entre asombros.
María, vives tu salida de la hermosa Venezuela que es incapaz de competir con tus poses atrayentes, tu estar pausado, tu agarrar mis manos mencionando lo bello del color turquesa que impera en la tremenda que se pierde en el horizonte.
Tenías razón, papi. Es un lugar diferente y enigmático.
No tan diferente de cualquiera, mi vida. Por viejo puede y por hermoso llega. Pero tan solo es un pedazo de tierra atado a mi infancia que me habla en tono madre por conocernos desde siempre. Supongo que a ti te pasará lo mismo allá en la calurosa.
¿La calurosa? ¿Así llamas a Venezuela?
Sabes que la considero el paraíso, un lugar cargado de libertad solo ensoñada en la vieja y chirriante Europa. Allá cabe la posibilidad de perderse en la selva viviendo esa vida que leí en infinidad de relatos o novelas. Mientras acá, acá solo habita el eco salpicado por dramatismos sables, dominios dominando dominios, cierto que también parió prosa dulce, poemas, músicas celestiales y un largo etcétera de arte florecido a raíz de lo perverso que esconde esta belleza. Comparto contigo lo más sacro que me sobrevivirá embrujando a otros y otras que agarrarán libreta barata y estilográfica de andar por casa, se sentarán en este mismo sitio entre soledades dentro de bullicios paseo, escribiendo composición que yo ya compusiera aun usando otro lenguaje diferente, distintos adjetivos, con los mismos sentires o mimbres que usé y seguiré usando hasta mi último día al ser lo mismo...
¿Escritores?
También, aunque me refería a seres humanos, ni más, ni menos.

María anda boquiabierta todo el tiempo desde que llegamos a España. En realidad se maravilla por los cascos viejos de las ciudades que vamos recorriendo enganchados a mi frenético trabajo. Es un mundo nuevo esta vieja Europa que descubre por primera vez saboreando los sabores (valga la redundancia) que imperan en mi tierra. La auténtica paella Valenciana con arroz bomba y no aquella que hice con ese otro integral (o chino para los españoles/as) que necesita más cocción.
Me alegra tenerla en mis desventuras agonizantes del pulular constante de una punta a la opuesta para regresar al punto de partida gracias al éxito (incomprensible) de una mera novela simplona que anda vendiéndose más que bien, me alegro por el autor que anda tan sorprendido como el resto del equipo.
Quería compartir con vosotros/as una primera vez a los 45 años (mi edad) esa primera en que mirada descubre la inmensa diosa mediterránea engalanada de turquesa y desprendiendo ese aroma inconfundible de la salada.
Como podéis ver, las primeras veces no dejan de sorprender a cualquiera, espero no haber aburrido con este escrito alejado (puede o seguro) del romancero al que soy prácticamente un adicto.
Sin más ceremonia que deseos benévolos para con todos y todas, regreso a mi trajín dulcificado por esa belleza que ilumina mi presente inmediato y los que vengan. Encantado de leer y de escribir desde mi prisma (algo personalista, lo confieso) pero como bien me instruyó mi viejo profesor de literatura culpable por que me decantase por este noble arte… (Es tan sencillo como hablar, pues escribir es charlar con el lector en su coleto)

Abrazos desde la cercanía de la distancia que nos ofrece el milagro de la nube, hermanos y hermanas, que la felicidad os anegue sin empalagar demasiado, solo lo justo. Espero regresar cuanto antes a nuestro universo G+ y leerles, por supuesto, son una fuente inagotable de inspiración. Hasta entonces (…) hasta ahora. (Me gustó este final, o punto y seguido para los/las más optimistas)

martes, 3 de mayo de 2016

DESCONCIERTO por Dadelhos Pérez


Distancias rigen cercanías en ámbito terrenal, no es prisa inmediata, ansia asfixiante o centeno encanecido en plena descomposición. No. Nada de eso, lejos caminan en la proximidad desteñida enseñando rancia tez en el lindo que fuera, si fuere.
Es danza sorda con movimientos erráticos capaces de absorber décadas anclado en lo que pudiera y nunca será, sin duda. Pero qué remedio remedia frente a la incertidumbre dueña cuando sol florece, y muere, apagado ante el portento refectorio de la luna con las cuestiones solventadas con contestas enamoradas de molestias que usurpan vista ofuscándolo todo. Si reina día el sol calienta demasiado, hay nubes cojoneras que destemplan mañana, puede que llueva (maldita sea) o puede que despeje (maldita estampa) (…) Puesto que todo maldice expuesto al descompás vida que se asemeja demasiado a la vida en muerte (…) Y no hablo más que de mí mismo, de mis recaídas constantes que se volvieron cotidianas mientras las varillas avanzan y prosigue la existencia conmigo o sin mí.
Sinceramente, ando del todo descolocado, señor. ¿Qué me intenta decir?
Lo ve, soy maraña desfigurada que no alcanza siquiera raciocinio entendible por semejante. Puede que sean tantas décadas consumidas en la soledad desquicio; o puede que esa misma soledad me abandonara desquiciada frente a mis temeridades inertes. Horas de silencio roto en el coleto, ideas loquescas, frases sin verbos o acentos que otorguen carácter. Soy un caso perdido.
¿Y?
Disculpe, no pretendía soltarle chapa gratuitamente, es que no hablo con similares desde hace lustros. Un café solo con taza grande y sin azúcar, por favor.
Marchando. Y no se preocupe, viejo. Le entiendo a la perfección elevada a la novena imperfección en la escala real de las imperfecciones.
Por eso siempre pido así el café, joven. Balata corriente con aspecto divino que concede un segundo perfecto dentro del vasto imperfecto, que no improbable. Por cierto, ¿cómo se llama su compañera?
Ana, una joven Marroquí que vino aventurera muy trabajadora, y bella, como seguro apreció mucho antes de preguntar.


No es tan complicado de entender si se lee desde el prisma de un anciano jubilado que sobrevivió a todo (incluso su soledad) y ese típico camarero mil oficios experimentado en necesidades constantes, sin tregua. A veces lo más simple se convierte en calvario indescifrable por no encontrar siquiera esas palabras justas que cercioren escuetas el espíritu presente.
Como anécdota, testigo fui y sigo siendo en infinidad de ocasiones allá en cualquier barra o terraza de cafetería. Un cotidiano que me apetecía dedicar parcas letras sin transmitir más mensaje que la propia pérdida del norte, sur (llámalo como quieras)
Espero que la vida te sea fiel encarando esos buenos momentos que la convierten justamente en eso (vida) Recuerda que sonreír una vez al día es la mejor medicina y deporte, pone en forma el alma en un santiamén.

Leernos en la inmensidad de la nube que empequeñece distancias y acerca espíritus es todo un privilegio para este humilde escriba. Ando por el sur, esta bella tierra (nación Andaluza) que tanto enamora e inspira. Un abrazo desde la distancia cercana que nos otorga este milagro… Espero regresar pronto con todos vosotros/as en G+, cuando la vorágine merme y se convierta en monotonía… Hasta entonces (…) Hasta ahora.