Querida
incertidumbre:
Soy
consciente de su juicio acerca de la lógica que perpetuamente
antepongo frente a cualquier lance, así como de la incomodidad que
ésta le ha causado. Siento en el alma haber contribuido en su
precipitada marcha tras el advenimiento romántico que compartimos en
tiempos romanceros.
Confieso
que la echo de menos aunque siempre replegado en cierta prudencia,
sin poder dejar de entrecomillar mis labios al recordar sus proezas
que tan buen resultado fructificó. De cuando deshojaba margarita en
aras del deseo y usted impregnaba cierto desconcierto que me empujó
a la valentía; o cuando llegó el primer beso donde apareció fugaz
entendiendo ergo que sobraba, para marchar segundo volviendo al
siguiente.
Tan
solo quería agradecerle las noches en vela, las horas expuestas
frente al blanco papel conquistado por poesía entre su adversa y
usted, puesto albergué certidumbre en cuando al sentimiento que
todavía me impera entremezclado con su porte que me hacía dudar de
lo que ella pudiera sentir. Le ruego no tenga en cuenta mi actual
situación ni sufra aflicción en desolado cuarto olvido, en
cualquier momento, aun breve, sabe que la resucitaré mortificándome
en océanos de dudas.
Quisiera
comunicarle desde neta humildad y la comprensión que compartimos,
que al igual que con la señora inocencia, la sigo añorando desde el
segundo extraño a la centésima alcanzada del amor presente; puesto
éste último gobierna poderoso en tierras universo que descubro a
cada momento, como por ejemplo, cuando rompe risa inundando el salón,
se acurruca a mi lado cada sábado noche viendo la caja tonta; o
simplemente me dedica mirada atención que siempre procuro
corresponder con la naturalidad que ella me corresponde, sin
esfuerzo.
Quizás
vuelvan nubarrones encapotando horizontes que me dejen de nuevo a su
merced, caminando errático por el fango del seguro para aterrizar en
el quizás, usted ya sabe a qué me refiero.
Hasta el momento reservado que nos queda por compartir,
la emplazo junto a la soltera sorpresa a cualquier minuto disfrute,
con el deseo de que sea feliz y todo lo contrario, haciendo gala de
su inequívoca personalidad.
Atentamente:
Aquel
que sigue creyendo.
P.D.:
Detrás de la felicidad se esconde la realidad que la hace posible,
siendo compromiso necesario recurrir de vez en cuando a usted para
espantar a la enemiga desidia. Gracias por existir.
®Dadelhos
Pérez
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