AMOR,
AMOR, AMAR por Dadelhos Pérez
Llamo a la luz en plena
oscuridad, esa que impera cual emperatriz del día frenando toda mi
rebeldía e impidiéndome volar…
… Cruzar el cielo gris
soplando las blancas nubes, matando incertidumbres, nadando en la mar
luz del astro sol tras disipar los humos que lo anegan.
Y músicas encerradas en
mí de adentro brotaran liberándose por cada poro piel, expulsando
asquerosa hiel cuando nuestras miradas se crucen.
No dudes, mi diva, porque
no pienso dudar escuchando canto de tus labios encarnados, cual
solista de nuestra canción que eterniza estribillo de vida ahogando
por siempre en océano luz a la temida oscuridad.
Amor, amor, amar; entran
pues cuatro acordes sin cambiar el tempo ni compás, y rompe sonrisa
que antecede beso en mi alma amparada en la tuya, diluyéndose ambas
en una, acá, mi vida, más acá que nunca; en los confines adentros,
prisioneros, que despiertan afuera mermando posibles que fueran por
los imposibles que son…
… Por eso llamo a la
luz en plena oscuridad, esa misma que impera cual emperatriz del día
tapando mi rebeldía; aun incapaz de corromper la ensoñación que me
guía hacia tu vera, liberándome de la condena una noche más y un
día menos, para volver a ensoñarte en paso adelante que linde
atraviesa; dejando atrás el despierto reja reuniéndome con el
prisionero que balata estribillo repite cual susurro de banda sonora:
Amor, amor, amar; corazón
frena a manos de la condena llegándote a tocar. Sentados en la
paciencia donde nada se pierde pues solo ganar, envuelve nuestro
reencuentro en el insomne del abatido que encuentra brío bajo el
candor de tu estar marchado… Amor, amor, amar; dulce que amarga al
albear con pitido constante que arrastra al día devolviéndome al
mundano de mi cárcel soledad; tras perderte en el físico y
encontrarte todas las noches que me restan, en el dormido donde eres
inmortal.
Amor, amor, amar…
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